viernes, 10 de abril de 2015

Malos tiempos para la lírica

Podría ser una de esas tardes que podría estarme quieta horas delante del ordenador, esperando que el tiempo pase y que el dolor mengüe, escribiendo estupideces para desahogarme, para sacar lo que a mi corazón le escuece, para hacer más llevadero este mundo a veces poco habitable. Intento salir a la calle con la sonrisa puesta, me han dicho que debo ser positiva y ver lo bueno, a veces el desasosiego que siente mi alma es tan fuerte que no lo consigo. Pongo música, de esa que escuchaba cuando era una niña, en aquel tocadiscos antiguo y medio roto de mis padres, que se paraba y tenías que mover la manecilla tu misma si querías escuchar algo, esas canciones que me hacían volar, tan alto como la luna.
Intentando no morir en el intento, busco vídeos que todavía me inspiran y hacen que sonría, casi más por dentro que por fuera. Voy buscando el tiempo perdido, algo que hace tiempo que no encuentro, en pocas palabras eso que tanto ansío y no se ver, ni siquiera mirar. Eso de lo que hablo soy yo misma, encontrarme de nuevo aunque me sienta perdida y en medio de un naufragio que no se ni cómo ni a dónde me llevará.

Ahora suena Duncan Dhu y me da por reír, me dispongo a divagar mientras escucho  "En algún lugar" puede que esté en una encrucijada del destino, en un punto fugitivo que se mueve a gran velocidad, en una espiral avocada al fracaso, un puente que cruza el cielo del infierno, una lágrima que se cae al vacío y nunca más podré recuperar, un sueño que se muere, una aprendiz de magia, una metamorfosis de Kafka y un sutil adiós entre las comisuras de mi boca que tanto dice sin decir nada.

Podría dedicarme a escapar como ya hice otras veces, pero no quiero irme por irme, tampoco quiero gritar sin más que ya no volveré, quiero encontrar algún sentido al sinsentido, que esta tristeza tenga un motivo, efímero o eterno pero que sirva de algo, que toda esta ironía me haga crecer, que me haga más sabia, más fuerte, todo eso que te dice la gente, para que te sientas mejor.

Odio las etiquetas de los envases, esas que dicen que sólo tienen 0 calorías, odio los domingos sin hogar, en los que no sabes donde ir, odio el reguetón, odio las mentiras y las miradas envenenadas, odio la hipocresía y los bares de carretera, odio las playas llenas de gente y odio las explicaciones a medias, el amor a medio gas y la vida sin pasión... y sobretodo odio quererte y que me duela




https://www.youtube.com/watch?v=xAYUO0QeqUk Malos tiempos para la lírica...